¿Cuánto seguro de vida necesitas?

Ya en serio… ¿cuánto seguro de vida necesitas tener?

Recuerdo una ocasión en una convención de aseguradores en Cancún, que uno de los agentes asistentes contó una curiosa anécdota: se entrevistó con un prospecto que le dijo que ya no necesitaba más seguros de vida, pues ya tenía una cobertura por 250 mil dólares. El agente le respondió que entendía perfectamente y que si para terminar la sesión podría darle una aproximado de cuánto dinero necesitaba su familia por año para mantener su calidad de vida…

“Supongo que con unos 100 mil dólares anuales estarían bien”. — Le respondió el cliente.

“Wow y quiero suponer que hoy tú generas todo eso con tu trabajo ¿verdad? – Preguntó el agente con tono de admiración.

“Así es”. — Agregó el cliente orgulloso.

“Ya veo. Entiendo. Sólo me queda una duda. Entonces si se diera la situación en la que ya no estuvieras ¿piensas resucitar a los dos años y medio? Porque con la suma asegurada que tienes sólo le alcanzaría a tu familia para vivir esos 30 meses.

Todos nos reímos con la historia de aquel irreverente agente. Pero en realidad, me dejó pensando en algo fundamental en la Planeación de Protección: ¿Cómo saber cuánta suma asegurada debe tener alguien sobre su vida? En otras palabras, cómo determinar el monto que deberían recibir los beneficiarios en caso de la muerte del asegurado.

Recurrentemente Iñigo y su servidor escuchamos que otros agentes repiten una y otra vez: “se recomienda que tu suma asegurada sea de 10 a 15 veces tu ingreso anual”. ¿Por? Pareciera un cálculo a ojo de buen cubero que intenta dejar poco margen de error. Pero en realidad existe una forma más profesional de llegar a ese número mágico. 

Primero debemos definir el “porqué” necesitamos un seguro de vida. Algunos de los motivos más comunes:

  • Proteger la calidad de vida de la familia o dependientes económicos en caso de fallecer la persona proveedora. Aquí la idea es sustituir los flujos de efectivo (sueldo, honorarios, utilidades) que genera el asegurado y que seguramente se detendrían con su muerte.
  • Generar liquidez para la sucesión. Esto es más común en familias con grandes patrimonios o en sociedades de negocios. La preocupación ya no se centra en el “cómo van a vivir” sino cómo preservar el patrimonio en manos de los herederos o socios de la asegurada o asegurado.
  • Cubrir a una empresa u organización del daño económico por la muerte de una mujer u hombre clave. 
  • Protección para acreedores en caso del fallecimiento de la persona deudora. 

En esta entrada del blog nos enfocaremos en el primer caso: determinar cuánta suma asegurada necesito para blindar la calidad de vida de mi familia. Aquí en corto les adelanto que no es solamente “de 10 a 15 años de lo que ganas” como escuchamos tantas veces. Hay diferentes métodos utilizados por los expertos y hoy veremos los dos que más nos gustan:

  1. Método 1 – Sustituir ingresos a perpetuidad. La idea es contratar la suma asegurada que invertida en un portafolio financiero o de bienes raíces pudiera generar suficientes ingresos anuales para mantener a los beneficiarios por el resto de su vida. Primero se debe estimar cuánto ingreso requieren los dependientes y restar aquellos flujos que seguirían a pesar de la muerte del asegurado (como rentas, intereses y dividendos) y una vez que tengamos claro lo que les faltaría, se calcula el monto que invertido a una tasa del 4% anual resulte en ese dinero que no tendrían cubierto.

Un ejemplo para ilustrar. La Señora Martha necesita 150 mil dólares anuales para mantener a sus hijos y madre. Martha tiene ingresos por 200 mil dólares al año por su trabajo y otros 30 mil dólares de la renta de un departamento que dejaría para sus dependientes. 

Sra. Martha

Ingresos trabajo:   200,000 USD

Rentas Depto: 30,000 USD

En caso de fallecimiento:

Gastos Familia:     150,000 USD

Ingresos Depto: -30,000 USD

Ingreso Faltante:   120,000 USD

120,000 USD / 4% = 3,000,000 USD (Esta es la suma asegurada que ella necesita).

Aquí el supuesto es que, con un capital de 3 millones de dólares debidamente invertido, la sucesión de la Sra. Martha debería poder retirar 120 mil dólares anuales (con ajustes por inflación) y el capital se mantendría a lo largo de su vida. Vale la pena mencionar que para muchos casos sería bueno sumar otros 100 mil dólares por cada hijo que iría a la universidad. 

  1. Método 2 – Cobertura para un periodo específico.  Aquí el monto de protección será siempre menor que con el Método 1 pues al final no se necesita un capital que tenga la capacidad de mantener a los beneficiarios por el resto de su vida. En cambio, se debe calcular por cuántos años más necesitarán apoyo los dependientes y suponer que quedará agotado al finalizar ese plazo.

Para ilustrarlo, sigamos con el caso de la Sra. Martha. Ella tiene dos hijas, una de 12 y otra de 11 años de edad y a su madre, doña Josefina, de 80 años que ya está muy delicada de salud. Los médicos le han dicho que es muy poco probable que doña Josefina pueda sobrevivir por más de 5 años. La Sra. Martha prefiere ser previsora y considera que restando los 30 mil dólares de las rentas, sus hijas y madre necesitarán otros 120 mil dólares anuales durante 15 años. Para entonces será muy poco probable que Doña Josefina siga con vida y sus hijas ya tendrían 27 y 26 años respectivamente.

120,000 USD x 15 años = 1,800,000 USD (Esta es la suma asegurada que ella necesita en este caso).

Con el segundo método, la Sra. Martha está intentando encontrar un número que cubra las necesidades económicas de sus dependientes sólo por un periodo específico y no por el resto de sus vidas. Cabe mencionar que este caso ilustrativo se hizo de forma simple para facilitar entenderlo, pero en realidad es crítico cuidar los detalles y considerar otras variables. En Castro Seguros y Eleva Planning sugerimos a los clientes hacer presupuestos detallados que consideren variables como inflación o el tipo de universidades que quisieran para sus hijos y así tener tranquilidad sobre la eficacia del nivel de protección de su seguro de vida. 

Esperamos que este breve artículo les haya ayudado a tener más claridad sobre los factores que pueden influir en cuánto seguro de vida deben tener. No existe una sola fórmula o método que aplique para todos los escenarios, pero tampoco debe tomarse a la ligera la cobertura de un riesgo de esta naturaleza. En los casos en los que “sobre” la cobertura, no será tan grave (aunque para qué pagar de más), pero en aquellos donde el monto se quede “corto” las consecuencias para la familia pueden ser catastróficas y como dijo el irreverente agente de Cancún ¿a poco piensa resucitar a los pocos años?

Recuerde que el seguro de vida se compra por amor, pero con inteligencia. En Eleva Planning estamos comprometidos en ayudar a nuestros clientes a tomar decisiones inteligentes e informadas que les ayuden hoy a construir un mejor mañana.

Equipo editorial Eleva Planning.

Ruy Castillo

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